Es una fragancia más ligera, suave y menos concentrada en comparación con los perfumes. Perfecta para refrescar y tener el aroma a flor de piel. Se puede aplicar rápidamente, sobre la marcha y se absorbe casi de inmediato, dejando una sensación de frescura y rejuvenecimiento. Las brumas corporales también se pueden usar con otros productos perfumados, como lociones y perfumes, para una experiencia de fragancia más duradera.
La historia de la loción se remonta a civilizaciones antiguas. La evidencia más antigua del uso de ungüentos tipo loción se remonta al año 3000 a.C., entre los antiguos sumerios y los antiguos egipcios. Utilizaron ingredientes naturales como grasas animales, aceites, miel y varias plantas para crear ungüentos básicos para la piel. Con el tiempo, diferentes culturas agregaron hierbas y fragancias de flores y frutas a las lociones y ungüentos para el cuidado de la piel para que huelan agradablemente y agreguen propiedades colorantes. No fue hasta finales del siglo XIX que se inventaron las lociones modernas fabricadas comercialmente, que contenían conservantes para ayudarlas a durar más. A principios del siglo XX, comenzaron a surgir grandes marcas como Estee Lauder y Clinique, y el cuidado de la piel se volvió mucho más accesible. Hoy en día, las lociones modernas se adaptan y modifican continuamente para crear fórmulas mejoradas, que a menudo contienen una combinación de ingredientes antiguos y otros innovadores, como retinol, vitamina E, vitamina C, manteca de karité, glicerina y perfumes.
